martes, 14 de octubre de 2008

ASÍ DEL PRECIPICIO... ASÍ DE LA CHINGADA

Desde que en aquel lejano 1999, Antonio Serrano presentó "Sexo, pudor y lágrimas", nuestro cine mexicano sufre de un síndrome que parece incurable, y cuyos síntomas padecen infinidad de historias desde entonces ("Ladies Night", "Efectos secundarios", "la hija del canibal", etc). Nos han recetado sin misericordia películas acerca de treintañeros ricos y mimados, que se hunden en una espiral de excesos, adicciones y relaciones destructivas, en la búsqueda de la propia identidad.

Exactamente lo que pasa en "ASÍ DEL PRECIPICIO"
(2006), de Teresa Suárez."ASÍ DEL PRECIPICIO" (ADP) cuenta las historias de tres mujeres jóvenes que comparten un departamento: Lucía (Ana de la Reguera), una asistente de producción e hija de un hombre acaudalado, Carmen, una artista plástica, y Hanna, una judía a punto del divorcio.


Volvemos al principio: Historias de niños ricos, problemas de niños ricos. "¡Buu! ¡Tengo mucho dinero y juventud pero no encuentro el amor! ¡No se quién soy y para qué estoy aquí! ¡Y el dinero y los lujos no me consuelan! ¡Estos zapatos de oro con incrustaciones de diamante me aprietan y mi cartera es muy pequeña para todos estos billetes de quinientos pesos! ¡Mi vida es un asco" ¡Buu! .

No mamen.

Bueno, el guión está del nabo. Pero a lo mejor está bien actuada ¿no?

No.

Ana de la Reguera se pasa media película en bolas. No tengo el más mínimo problema con la desnudez en el cine (bueno, en la película... los reto a que se encueren en un cinemex)... siempre y cuando cumpla una función en la trama, lleve la historia hacia algún lado, cumpla alguna función en términos de narrativa visual. Pero no. Es gratuito. Totalmente. Incluido un close-up de cierta parte de su anatomía, que no voy a describir, pero les voy a dar una pista.
Y en las partes en las que no sale en pelotas, está increíblemente sobre-actuada. No la ayuda que su personaje es la hija de un millonario, con problemas de abandono emocional, que a pesar de tener mucho dinero, juventud y belleza, se hunde en los excesos para compensar el hecho de que está enamorada de un patán (un torero) que la usa como mero receptáculo de fluidos. Y al que ella busca y busca sin importarle que la trate como jerga. Un papel que hará las delicias de las feministas (juar juar).

Ingrid Martz no actúa tan mal que digamos. Pero Hanna, su personaje, no da para mucho. Hannah es una judía, con problemas de intimidad y una suegra castrante, que está a punto del divorcio y tiene que caer en las garras de una lesbiana de closet casada, pero muy colmilluda (Ana Ciocceti), para darse cuenta de que en realidad le gustan las mujeres. Bueno, para que los demás se den cuenta, porque la pobre Hanna transita por la vida (y la película) con cara de asombro y sin enterarse de nada.

Y Gabriela Platas. Ay, Gabriela Platas.

Gabriela Platas interpreta a "Carmen", una artista plástica (cualquier cosa que eso signifique actualmente) frustrada porque su carrera no despega, que sueña con exponer en el extranjero (porque por alguna extraña razón, en México nomás no le encontramos nada de "artístico" a un excusado con una sandía encima y un sombrero de charro) y que se rodea de un círculo de adictos y traficantes de drogas. De por sí el papel exige demasiado... ¿y se lo dan a Gabriela Platas? La Platas es el equivalente actoral a que se te cuelgue un vikingo de los pezones... y un vikingo gordo. Es insoportable. No tiene el más mínimo rango. Verla en esta película es como verla en cualquier sketch de "otro rollo", pero sin Adal Ramones (bendito sea alá) y con groserías y cocaína.

No puede faltar en este tipo de películas el bonito abanico de estereotipos. Para esta escogieron homosexuales; El gay de clóset (y cocainómano), la vestida (y cocainómano), y el asistente de vestuario homosexual (y cocainómano). ¿Qué tal le caerá a la comunidad homosexual que los representen en la pantalla como metáforas de auto-degradación con patas?

Bueno, el guión está del nabo y las actuaciones están peor, pero a lo mejor está bien dirigida ¿no?

No.

La directora, Teresa Suárez. ¿Quien chingados es Teresa Suárez? Pues una chava que trabajó de asistente de arte en diversos comerciales de El Negro (González Iñárritu) y Simón Bross. Este es su primer guión y su primer película. Como quien dice, le falta muchísimo que aprender. Como no abusar de las metáforas simplonas (presentar "acelerada" una secuencia donde los personajes se meten droga toda la noche) y de la ironía y el sarcasmo burdos (después de darle un balazo a un limpiaparabrisas, Lucía es regañada por su papá, quien le dice "No entiendo porque eres tan violenta", sentado de espaldas a una pared llena de cabezas de animales). Y no me hagan hablar de las secuencias oníricas: Lucía sueña que mata a su torero galán enmedio del ruedo, entre aplausos; Hannah sueña que hace el amor con la "Sara Lee" de los pasteles y les cae la "Aunt Jemima" (la negrita de los hot-cakes), y Carmen sueña que está exponiendo en el extranjero, pero que su obra (una espiral de coca) es absorbida por un wey con una aspiradora. ¿Alguien sabe como deletrear "obviedad"?

Y por si ustedes no fueran lo suficientemente suspicaces para entender el "mensaje" de la película, los créditos finales vienen aderezados con una bonita canción de Alejandra Guzmán que dice "
necesito amarme para amar a los demás".

Teresa Suárez dice de su película "Me interesaba hablar de estos problemas sin moralismo y sí desde el modo (sic) que lo viven las mujeres. Esta historia está basada en vivencias propias"

¿Moraleja? El hecho de que en tu vida te hayas metido 12.2 kilos de coca no significa que eres capaz de escribir y dirigir una película.

2 comentarios:

molko dijo...

Coincido contigo en esta porquería de película, además yo tuve la pésima idea de ir a pagar al cine por verla... $50 tirados al caño. Peeeero... si he de ser muy honesta, Efectos Secundarios ME ENCANTÓ. He llorado como Magdalena al final cada vez que la veo. Será que me acerco a los treinta????

Peter dijo...

Eso... y también que eres mujer. No me malentiendas, no digo que tienes mal gusto. Digo que Ilsa (lópez) escribe y dirige siempre para mujeres, y por pura ley de probabilidades, te tocó que la trama te moviera alguna fibra sensible.